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Descripción

Los eclipses. Esas noches en mitad del día, miles de personas mirando al cielo. Una ocurrencia inaudita en el gran baile celestial. Pero... ¿qué sabemos de ellos? ¿Cómo de relevantes han sido a lo largo de la historia?


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Redes del equipo:

Guionista: Alfonso Gómez https://www.instagram.com/alfonsotakles/

Locutor: Jairo Costa https://www.instagram.com/soyjairocosta/

Edición y montaje: Jorge Cambero https://www.instagram.com/karakatuchi/

Guión

 Intro

  • Karaka: A ver como os cuento esto… Resulta que guión y locución han decidido hacer una intro de un chiste del cómico Eugenio que dura cerca de 2 minutos y yo les tengo dicho que más de 20 segundos por intro como que no. Así que como no me hacen ni caso os dejo lo que han grabado al cuádruple de velocidad y ya vosotros sacáis conclusiones…

Saben aquel que diu un coronel del regimiento le dice al capitán:

-Mañana, a las 9:30, tendrá lugar un eclipse de sol, cosa que no ocurre todos los días. Así que mañana formará a los hombres con traje de campaña en el patio del cuartel. Si llueve, de las órdenes oportunas para que formen en el gimnasio.

-!A sus órdenes, mi coronel!

El capitán al teniente:

-Por orden del coronel, mañana a las 9:30 tendrá lugar un eclipse de sol. Forme a los hombres en el patio. Si llueve, cosa que no ocurre todos los dias, formelos en el gimnasio en traje de campaña.

-!A sus órdenes, mi capitan!

El teniente al sargento:

-Mañana, por orden del coronel, a las 9:30 lloverá en el patio del cuartel, cosa que no ocurre todos los días. El coronel, en traje de campaña, dará las órdenes oportunas para que el eclipse de sol se celebre en el gimnasio.

-!A sus órdenes, mi teniente!

El sargento al cabo:

-Mañana a las 9:30 tendrá lugar el eclipse del coronel en traje de campaña por efecto del sol. Si llueve en el gimnasio, cosa que no ocurre todos los días, formaremos en el patio.

-!A sus órdenes, mi sargento!

El cabo a la tropa:

-Mañana a las 9:30, si no llueve, el sol en traje de campaña eclipsará al coronel en el gimnasio. Lástima que esto no ocurra todos los días.

**AQUÍ ME EMPIEZO A REIR UN MONTÓN Y PUEDES VOLVER A VELOCIDAD NORMAL CON ALGO DE MI RISA DE FONDO**

- Karaka: NI UN DÍA NORMAL. NI UNO.

Cabecera

Desde que el ser humano tiene memoria, siempre ha mirado al cielo. Estrellas, planetas, constelaciones y demás movidas del inmenso, insondable, oscuro, aterrador, insultantemente largo a lo ancho y ancho a lo largo, caótico por naturaleza y nada acogedor espacio. Pero… ¿conoces el origen de sus historias? Empieza Astro.

Un poco de ficción y mitología

Vamos a hacer un pequeño experimento mental. Imagina que te contratan para ser marinero en una expedición de investigación. Hace días que no se reciben noticias de una isla del océano pacífico. La isla es demasiado pequeña como para poder aterrizar con un avión o un helicóptero de forma segura así que la mejor opción es ir en barco desembarcar en la orilla.

(Pon tu mejor voz de GM)

Durante el viaje el descontento se extiende entre la tripulación. La comida se ha echado a perder, las corrientes van a alargar el viaje un mes más y para colmo hace semanas que no veis tierra firme. El descontento apunta a una misma persona: el capitán y su ineptitud. Como si fuera una semilla llevada por el aire de mente en mente, la palabra motín comienza a tomar forma en los pasillos de la embarcación.

Silencios incómodos en las comidas. Gestos cómplices en los baños. Señales en los pasillos… Un día, rodeáis el camarote del capitán. A la fuerza, echáis la puerta abajo, y gritando irrumpís en la estancia. El capitán, armado con una pistola, os mira, y sólo dice una frase: “Acabad conmigo, y acabáis con vuestras vidas”. De repente, el mismo cielo se oscurece. ¿Qué haces?

(Aquí vuelves a la normalidad)

Bueno, pues en el caso de los marineros que acompañaron a Cristóbal Colón, lo tuvieron bastante claro: Temerosos ante esta demostración del poder del capitán, decidieron mejor dejarlo tranquilo. Que a ver si ha descubierto las indias del oeste por algo más que suerte, y va a tener el poder de Dios de su lado.

Siendo sinceros, un eclipse no deja indiferente a nadie. Ver desaparecer el sol de repente, y notar como la oscuridad cubre todo en mitad del día, es casi místico. Y cómo os podéis imaginar, muchas culturas antiguas se sentían aterradas ante este tipo de eventos.

Para los egipcios, suponía un ataque directo de la serpiente de la oscuridad Apofis contra Ra. La barcaza solar en la que cruzaba el firmamento era atacada y devorada. Cuando reaparecía, según su creencia, era un Sol nuevo. Una nueva reencarnación de la divinidad. Distinto pero a la vez igual.

En la antigua cultura china, no era una serpiente sino un dragón la que devoraba el Sol. Consideraban que este era el peor de los signos de mala suerte, así que montaban una fiesta donde hacían ruido con instrumentos musicales, fuegos artificiales y danzas de todo tipo con la esperanza de asustar a la enorme bestia.

Este bocado estelar era también muy común en las antiguas culturas centroamericanas. Los aztecas, indígenas del actual México, creían que algún ser sobrenatural devoraba el Sol. De hecho, en la lengua indígena, la palabra ‘eclipse’ procede del término ‘comer’. Creíuan que si el Sol finalmente acababa devorado por completo, este no volvería jamás a iluminar la Tierra, así que intentaron impedirlo a base de sacrificios humanos con preferencia de aquellos que tuvieran rasgos albinos.

Los eclipses cobran gran relevancia en la fundación de la capital del imperio mejicano. En 1325, al colocar la primera piedra de la ciudad de Tenochtitlan (como suena), ocurrió un eclipse. La leyenda cuenta que la ciudad se erigió allá donde se encontrara “un águila posada sobre un nopal con tunas rojas que estuviera devorando una serpiente”. Para los españoles, un nopal es una chumbera (o palera que aquí cada uno la llama como quiere), y las tunas son higos chumbos. Estas tunas, de un intenso color rojo fueron interpretadas como la representación de los corazones de los sacrificados. La presencia de estos dos símbolos de origen divino fueron los que indicaron a los mexicas, o aztecas, que debían asentarse en esta tierra. Y es este el origen de este mejicano símbolo que se encuentra hasta en las monedas, pues Tenochtitlan se convirtió con el paso de los años en la actual Ciudad de México.

Terminamos este apartado con un dato curioso: para los incas, un eclipse era muestra de que el Sol y la Luna estaban practicando el amor. Cada vez que había un eclipse, se convertía en una celebración de carácter nacional. Dejamos a la imaginación del oyente suponer que se hacía en dicha celebración.

Ciencia

Aunque los eclipses están muy cubiertos por las mitologías de las culturas antiguas, hay dos culturas que se dedicaron a predecir sus apariciones.

Hablamos de los mayas y de los griegos.

Los mayas usaban un instrumento similar al astrolabio árabe para observar y predecir los movimientos del Sol y la Luna. Combinado con dos calendarios, uno ritual de 260 días y uno solar de 365 días, tenían una precisión astronómica que no sería superada hasta siglos después.

Sin embargo, heredamos la palabra eclipse de los griegos. En su origen significaba desaparición o abandono, y representa muy bien cómo se sentían ellos ante esta muestra del poder de los dioses. No obstante, se esforzaron mucho en ser capaces de predecirlos, pues grandes matemáticos como Tolomeo y Tales de Mileto afirmaban que eran capaces de acertar la fecha.

Aún así, inventaron un complejo mecanismo formado por ruedas dentadas de bronce que permitía predecir con total exactitud cuando se podía producir un eclipse. La máquina fue encontrada en 2014 en un naufragio, y recibe el nombre de Mecanismo de Anticitera. Si queréis verla, se custodia en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas.

En la actualidad, disponemos de software avanzado capaz de realizar estos cálculos de manera automática. La separación temporal entre eclipses solares consecutivos suele ser de 1, 5 o 6 meses; no de 2, 4, o 7, sino específicamente de 1, 5 o 6 meses. Además, un mismo lugar experimenta estos fenómenos con una periodicidad MAL DICHO JAIRO de aproximadamente 54 años. ¿La razón detrás de estos patrones numéricos? Se debe a las particularidades de las órbitas elípticas.

Los eclipses solares ocurren unicamente durante la fase de luna nueva, momento en el cual la Luna se posiciona entre la Tierra y el Sol. Sin embargo, la órbita de la Luna alrededor de la Tierra tiene una inclinación y no es perfectamente circular, sino elíptica. Esto significa  que la alineación necesita de estos tres cuerpos celestes en un mismo plano para que se dé un eclipse. Esto solo se produce ocasionalmente. Además, debido a esta órbita elíptica, no todos los eclipses son totales en los que se experimentan aproximadamente 7 minutos de oscuridad en pleno día. Existen también los eclipses anulares, donde el Sol no queda completamente oculto por la Luna, formando un anillo luminoso en el cielo.

Aunque los científicos dicen que estos eclipses anulares irán siendo poco a poco más frecuentes. Lo cierto es que la luna tiene el diámetro necesario justo para cubrir el Sol. Si la luna fuera más pequeña o estuviera más alejada, sólo veríamos eclipses parciales. De hecho, dentro de unos mil millones de años, la Luna se habrá alejado tanto de la Tierra que ya no habrá eclipses solares nunca más.

¿Qué sucede con los eclipses lunares y las llamadas lunas rojas? Al igual que los eclipses solares se limitan a la fase de luna nueva, los eclipses lunares únicamente tienen lugar durante la luna llena. Un eclipse lunar parcial se caracteriza por el oscurecimiento parcial de la luna llena. Solo cuando la Luna adquiere un tono rojizo, estamos presenciando un eclipse lunar completo.

El motivo de este tono arcilloso se debe a la refracción de la luz en la atmósfera. Para los que estéis viendo el vídeo en spotify o en youtube, aquí tenéis un prisma triangular refractando luz en un arcoiris. Para los que no, buscar la carátula de “The Dark Side of The Moon” de Pink Floyd. Independientemente de cómo sea, un arcoiris siempre tiene la misma forma, pues el color rojo está en un lado y un tono azulado o violeta se encuentra en el otro. Bueno, pues en un eclipse solar, la luna recibe el fragmento rojo que refracta la capa de ozono terrestre. Aunque, si prestáis especial atención, podéis ver a la luna moverse por todo el espectro de colores, pasando desde un borde azulado al tono rojizo, y de vuelta al borde azulado cuando termina el eclipse lunar.

Pero, ¡no se te ocurra hacer lo mismo con un eclipse solar! Utilizar un telescopio para mirar directamente al sol, por mucho que sea un eclipse, no va a ser la mejor idea para tus ojos. La recomendación oficial es que hay que usar filtros específicos para ello, pues hasta las gafas de sol más oscuras no están pensadas para mirar directamente al sol. Que podéis mirar un eclipse solar directamente si queréis, pero cuando se os quemen las retinas y os quedéis ciegos temporal o permanentemente a nosotros no nos digáis nada.

Eclipses en otros planetas

Hemos visto que en la Tierra, los eclipses ocurren gracias a que la Luna tiene el tamaño preciso para ocultar el Sol. Pero, ¿qué sucede en otros planetas del sistema solar? ¿Es posible que allí también se produzcan eclipses?

En el caso de Mercurio y Venus, la situación es diferente porque estos planetas no cuentan con lunas propias. A lo sumo, podemos observar cómo transitan frente al Sol desde nuestra perspectiva en la Tierra, pero no se producen eclipses como tal. En cuanto a Marte, aunque posee dos satélites —Fobos y Deimos—, solo son capaces de generar eclipses parciales, dado que ninguno de ellos tiene el tamaño necesario para cubrir completamente el disco solar. Este fenómeno ha sido documentado en múltiples ocasiones mediante fotografías que podéis consultar si tenéis curiosidad.

Júpiter es el planeta donde ocurren más eclipses, aunque solo cinco de sus numerosos satélites tienen el tamaño y la órbita adecuados para causar un eclipse total del Sol. Las sombras proyectadas por estos satélites son tan grandes que incluso se pueden observar desde la Tierra con ayuda de un telescopio. Estas sombras fueron tan significativas que los astrónomos del siglo XVII las emplearon para calcular por primera vez la velocidad de la luz.

En cuanto a los otros tres gigantes gaseosos —Saturno, Urano y Neptuno—, los eclipses se dan solo en momentos específicos de su órbita, esto debido a la pronunciada inclinación de las órbitas de sus satélites con respecto al plano orbital del planeta. Por ejemplo, la luna Titán de Saturno solo se alinea con el Sol en dos puntos durante la órbita del planeta. Dado que Saturno completa su órbita alrededor del Sol en 29,7 años, los eclipses ocurren aproximadamente cada 15 años.

Plutón, a pesar de su clasificación como exoplaneta, merece una mención especial. Su luna más grande, Caronte, mide la mitad de su diámetro, facilitando los eclipses mutuos cuando sus órbitas se alinean adecuadamente. La última serie de estos eclipses tuvo lugar entre 1985 y 1990, y se anticipa la próxima desde el año 2103 hasta el 2117. Durante estos periodos, Plutón experimentaba un eclipse solar que duraba más de una hora cada "día" plutoniano, o cada 153 horas terrestres.

Cierre

Con estos datos, damos por eclipsado este episodio. Muchas gracias por la paciencia, y por seguir escuchándonos cada vez que sacamos un nuevo episodio.

Nos vemos en el siguiente episodio con más historietas del espacio.

¡Astro pronto!

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