En el episodio de hoy, hablaremos de la fuente de inspiración de cantantes y poetas, del origen de mitos y rituales de brujas... La Luna.

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 Atención, atención, se hace saber que hoy hablaremos de la fuente de inspiración de cuentos, poemas, canciones y leyendas, del principal satélite de la tierra, de la luna lunera cascabelera. VALE VAMOS ALLÁ.

INTRO

Desde que el ser humano tiene memoria, siempre ha mirado al cielo. Estrellas, planetas, constelaciones y demás movidas del inmenso, insondable, oscuro, aterrador, insultantemente largo a lo ancho y ancho a lo largo, caótico por naturaleza y nada acogedor espacio. Pero… ¿conoces el origen de sus historias? Empieza Astro.

Mitología e historia

Hablemos del impacto de la luna en la cultura. La tenemos como pieza central en múltiples mitos que incluso han llegado a nuestros días. Asociada tradicionalmente como  una deidad femenina, patrona de las brujas, la fertilidad y las artes curativas. Pero no siempre, ojo.

En la antigua Sumeria, así como en Mesopotamia, se asociaba con el dios Sin, que también establece las primeras representaciones de una deidad lunar con un toro.

De la cultura gitana o romaní, tenemos el mito del hijo de la luna, en el que, citando a Ana Torroja “una hembra gitana conjuró la luna hasta el amanecer. Llorando pedía, al llegar el día, de esposar a un calé”, a lo que la luna respondió “a cambio quiero, el hijo primero, que le engendres a él”. La historia sigue en que el calé, un hombre de una tribu romaní, no acepta al niño por ser albino, la luna se lo queda, y “si el niño llora, menguará la luna para hacerle una cuna”. En fin, un drama, y todo porque la luna quería un vientre de alquiler.

Si nos vamos a las culturas clásicas, para los griegos, era la diosa Selene o Mene, que también llevaba una cuadriga de caballos por la noche. Sin embargo, se ve que no debía ser muy popular, y su culto fue incluido dentro del de Artemisa. Lo mismo le pasó a los romanos, en los que el culto a la diosa Luna fue absorbido por el culto a Diana. La deidad lunar que “sobrevivió”, y lo digo entre comillas, fue Hécate. Una deidad menor asociada, pues de nuevo, a la magia y la curación, así como a los fantasmas. (osea, sin mitos propios ni templos chulos)

Los egipcios se volvieron locos asignando dioses lunares. Tenemos a Jonsu o Khonsu, sí, ese de Marvel, que representa el viaje de la luna por el cielo nocturno. Por otro lado está Tot, dios del conocimiento y la magia, unido a la luna por su poder mágico. Isis, diosa de la feminidad, la curación y la magia, esposa de Osiris, también se le relaciona con la luna por su atribuido control sobre el firmamento. Min, dios lunar de la lluvia y la vegetación. Y esos son los principales, no os vamos a aburrir con las deidades menores.

Yéndonos al lejano oriente, los chinos tienen una fuerte tradición de culto al satélite a través de una figura conocida como Chang’e, principal habitante de la luna en su mitología. Tiene asociado como animal el  conejo o la liebre (que según los chinos, hay muchos conejos y liebres por la luna). Su historia es un poco caótica… En resumen: tiene un amante, el arquero Huon Yi, que consigue un elixir de inmortalidad. En medio hay un emperador que se enfada, y al final Chang’e se vuelve inmortal y se exilia a la luna sin su amado… Como pasa con caperucita y su lobo hay varias versiones. Pero todas tienen la misma estructura. Y es que Chang’e es bastante famosa: aparece en la película de Más allá de la luna de Netflix, y también da nombre al programa espacial chino.

Ciencia

Vamos con un poquito de ciencia. La luna es, obviamente, el principal y único satélite  natural de la Tierra, y se encuentra a unos 384mil kilómetros. En cohete, si no le quieres pisar mucho, tardarías 5 días y medio, y en coche, según google y por autovía, unos   4 meses y medio, así como dato que no vale para nada. Aunque se está alejando poco a poco de nosotros… Más o menos 4 centímetros al año. Tiene un diámetro cuatro veces menor que el planeta, y una ochentayunava parte de su masa. Si la tierra fuese una pelota de baloncesto, la luna sería una pelota de tenis.

La luna también es el quinto satélite más grande de todo el sistema solar, siendo excepcionalmente grande cuando comparas por ejemplo Júpiter con sus lunas. Por esto mismo, algunos científicos afirman que deberíamos hablar del conjunto planetario Tierra-Luna, cuyo centro es el que realmente orbita en torno al Sol. Esta concepción también explica porqué la tierra sólo tiene un satélite, en contraste con los muchos o ninguno más típicos del sistema solar.

En cuanto a edad,  los científicos saben que la luna tiene cuatro mil quinientos millones de años. Este dato lo obtuvieron gracias a los astronautas del Apolo 11, que llegaron a la luna allá por el 1969. El Comandante Nill Armstrong y su tropa se volvieron con 380 kilos de rocas como souvenir (a ver cómo facturas tú eso en el aeropuerto y más si vuelas con Ryaner). Recordamos que el sol tiene cuatro mil seiscientos millones años, así que son de la misma quinta.

De estas rocas también creemos que la luna está ahí de rebote, y me refiero literalmente. La teoría más aceptada que explica el origen de la luna es que un protoplaneta del tamaño de Marte que se dio tremenda ostia contra la Tierra, y lo que sobrevivió es esta parte que queda dando vueltas como una peonza interminable(y llamamos Luna). Pero no está claro del todo, porque tremenda ostia debería haber generado muchas erupciones terrestres de las cuales no se ha encontrado aún evidencia, pero si conocéis algún conspiranoico, esta parte no se la enseñéis.

Probablemente hayas oído eso de que la luna siempre nos muestra la misma cara también. Bueno, pues eso se debe a que tarda más o menos el mismo tiempo en dar una vuelta sobre sí misma que en darla en torno a la tierra, unos 28 días. El movimiento lunar requiere tener en cuenta mil cuatrocientas setenta y cinco movidas gravitatorias, así que unos 28 días se considera bastante preciso.

Efectos de la Luna

Pero no es dar vueltas lo único que hace la luna. El primer efecto, y más conocido, son las mareas. El agua terrestre que se encuentra más cerca de la luna se ve atraída por ella, lo cual tiene un efecto rebote en el agua más alejada que hace pues que se aleje más. Esto hace que en dos cuartas partes de la tierra en todo momento haya una marea alta. En la otra mitad, el agua se ha ido a ver qué pasa en esos puntos de marea alta, y queda marea baja.

Para los que van a la playa y nunca se enteran de cuándo es cada marea (va por vosotros, cacereños que se van a Matalascañas), os vamos a explicar las dos reglas de oro. Primera: cada 6h se produce una pleamar (lo más alto de la marea alta), o una bajamar (lo más bajo de la marea baja). Así que hay cada día dos mareas bajas, y dos mareas altas, que se van intercalando. La segunda, las mareas se adelantan una hora con respecto al día anterior. Realmente, los cambios en marea son cada 5h, 48 minutos, y 30 segundos, pero es más fácil pensar en 6h y arreglar el cálculo para el día siguiente.

El segundo gran efecto es que la luna es nuestro guardaespaldas. La luna es un escudo magnético contra el viento solar, del cual hablamos en el episodio anterior. El efecto conjunto de los campos magnéticos de la tierra y el núcleo de hierro lunar fue clave durante la formación de la atmósfera terrestre, según la NASA, que son los que saben de esto.

Y el tercer efecto, es que hace que el planeta no se incline y se mantenga climatológicamente estable. O que no tumbe su eje de rotación. Osea, que hace que los cpolos sigan fríos, y que las zonas ecuatoriales sigan calientes. Los científicos estiman que sin el efecto de la luna, el eje de rotación podría haberse desplazado hasta 85º, lo cual haría que la siberia rusa estuviese en la zona que ahora mismo ocupa el Amazonas. Lo mismo los de esquimales en el Caribe nos estaban avisando de algo…

También son rumoreados los efectos de la luna en el carácter de las personas, o su importancia para ciertos rituales de fertilidad. Aristóteles decía que como el cerebro tiene mucha agua, el tirón gravitacional de la luna podría provocar locura en ciertas personas. Científicamente hablando… pues no hay pruebas que afirmen estas teorías. De hecho han sido desmentidas por otros expertos, pero allá cada uno con su creencia. No hay gente que cree que la tierra es plana, y vaya turra que dan con eso

Futuro y legislación

Lo que sí tienen claro los científicos es que hay que volver a la luna. Esperemos que el Artemis I tenga más suerte que la que ha tenido hasta el momento de redacción, y ahora sí que sí, pueda despegar y comenzar el nuevo proyecto de montarse allí una casita de verano, que lo de la playa ya está muy visto. Ahora, prisa no tengáis, que va con calma el temita. Como mínimo hasta 2025 según las mejores predicciones.

Quizás pensáis que esto haga que se empiece a colonizar la luna, o que los ricachones de turno comiencen a repartirse el terreno y prometer viajes a la luna para otros ricachones. Bueno, pues no sois los únicos, porque en 1967 se firmó un tratado estableciendo que la luna es “propiedad de toda la humanidad”, y el 1978 se creó el acuerdo lunar, el cual hace que cualquier actividad en la luna se rija por la ley internacional. Lo cual no es mucho. Veremos si no terminan jugando al monopoly con el mar de la tranquilidad.

No pasa nada, que no se diga que a los gobiernos no les gusta firmar leyes que luego no se cumplen (Acuerdo de París? Calentamiento global?). Tenemos en 2020 los acuerdos de Artemis, que establecen una intención de cooperación pacífica con fines únicamente científicos, o eso es lo que propone Estados Unidos, que son los principales impulsores de todos estos esfuerzos.

Seguimos con más leyes, concretamente con la declaración de los derechos de la luna en 2021, esta vez un proyecto australiano, creado por abogados y ciudadanos muy preocupados. Basándose en las ideas de los derechos naturales, este documento estipula que la luna no puede ser reclamada por ninguna nación ni organización y que se debe mantener su integridad ecológica, y además proclama su derecho a existir, que ya existiendo durante millones de años pues no está mal aclararlo. Y ya está, sólo son dos artículos, se lee en un momento, no te creas que le echaron ni media tarde.

Cierre

No sabemos qué depara el futuro para la luna, pero lo que sí sabemos es lo que le depara a este episodio: su final. Recuerdos a Laika y al StarMan de Tesla, que seguirá por ahí en el espacio volando, no vaya a ser que choque contra alguna piedra. Esperamos que hayáis aprendido algo, que os haya gustado, o que al menos no nos cojáis manía.

Nos vemos en el siguiente programa de Astro con más historietas del espacio. Hasta pronto!

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