Descripción
Las lluvias de estrellas... noches de verano mirando el cielo, pidiendo deseos a las estrellas que pasan. ¿Aprendemos un poco más de ellas?
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Guión
Cabecera
K - Mira, una estrella fugaz! Pide un deseo!
J + Deseo… Que este podcast salga una vez a la semana.
-Menos mal que son las perseidas, y te vas a hartar a pedir deseos, porque vaya idea has tenido.
Intro
Desde que el ser humano tiene memoria, siempre ha mirado al cielo. Estrellas, planetas, constelaciones y demás movidas del inmenso, insondable, oscuro, aterrador, insultantemente largo a lo ancho y ancho a lo largo, caótico por naturaleza y nada acogedor espacio. Pero… ¿conoces el origen de sus historias? Empieza Astro.
Mitología
Ay, las perseidas, noches de agosto hasta las tantas mirando el cielo nocturno…
Pero, ¿por qué se llaman perseidas o lágrimas de San Lorenzo? Bueno, vamos por orden cronológico. Aunque Perseo es una figura muy importante de la cultura clásica griega, el nombre original de esta lluvia de estrellas en España y, en cualquier otro país de fuerte tradición católica, es “las lágrimas de San Lorenzo”. Sería más tarde, en 1835, cuando un astrónomo belga se dio cuenta que las estrellas fugaces parecían venir de la constelación de Perseo, y surgió el nombre de perseidas.
Así que vayamos por orden. ¿Quién es este tal Lorenzo, y porqué sus lágrimas? Pues según cuenta su leyenda, fue un cristiano cuando en Roma era ilegal ser cristiano, durante el siglo 3 de nuestra era. ¿Y qué hacían los romanos con los cristianos? Pues comida. Comida para leones, comida para los dioses… A Lorenzo lo metieron en la parrilla hasta que lo dejaron bien crispy bacon. Los romanos sí que eran el king.
El caso, el Papa Sixto II, declaró que el 10 de agosto era el día de San Lorenzo. Y como la parte gorda de las perseidas suele ser entre el 11 y el 13 de agosto, pues las estrellas fugaces eran las lágrimas que el santo vertía mientras le daban vuelta y vuelta en la parrilla. O las pavesas emitidas por los carbones, depende de cómo de romántico estés ese día.
¿Y Perseo? ¿Por qué está en el cielo? Pues espera, que hay salseo con este héroe griego. Tenemos a Acrisio, rey de Argos, que va a ver al oráculo de Delfos y le dice que su nieto le va a matar. Así que coge y encierra a su hija en lo más alto de la torre más alta, no vaya a ser que se quedé embarazada. Pero Zeus, que no puede estar ni dos semanas sin mojar, la preña después de convertirse en lluvia dorada (Destripando la historia: Y esa lluvia dorada oh sí ES ZEUS). Total, que nace Perseo, Acrisio se entera, y tira a la madre con el niño por la ventana al mar. Pero Zeus, viendo que la ha liado, pues le da un toque a su hermano Poseidón, y ambos sobreviven.
Perseo crece, y para que dejen a su madre en paz, pues tiene nada, que ir a matar a la gorgona Medusa. La mujer esta de los pelos serpiente que convierte a la gente en piedra si la mira. Si es que Poseidon es como su hermano, no la puede tener guardadita. El caso, que coge el resto del Olimpo y le dice, mira, ya que vas a resolver este problema, te llevas nuestros objetos mágicos, este casco de Hades que te hace invisible, este escudo de Atenea, estas sandalias de Hermes… Lo que se dice ir divino, vamos. Este le corta la cabeza a Medusa y se dedica a resolver problemas paseándola por ahí convirtiendo a la gente en piedra. ¿Que se quiere casar con Andrómeda pero está prometida? Cabeza de medusa. Y encima de regalo esta estatua tan preciosa para el banquete nupcial. ¿Que vuelven a atosigar a mi madre? Mira mamá qué jardín de estatuas te he hecho.
Y así Perseo fue feliz y comió perdiz. Acrisio, no tanto. Un día fue a ver una competición de disco en la que participaba Perseo, cosas del destino. Así que Acrisio se sienta entre las gradas, y cuando le toca a Perseo, lanza con tanta fuerza que se salta el campo y le parte la crisma a su pobre abuelo. Si es que los griegos no podían huir de su destino.
Con una vida tan ajetreada, nombraron una constelación en el firmamento en honor de Perseo. La constelación representa a un guerrero armado con el casco de Hades, el escudo de Atenea, y la espada y las sandalias de Hermes; portando en su mano la cabeza de Medusa. Completamente engalanado. Si queréis encontrarla, está al lado de Cassiopea.
Ciencia
Vamos a ponernos un poco científicos. Las estrellas fugaces, o meteoros, que es lo mismo, son partículas pequeñas, de no más de unos pocos centímetros de diámetro, que al entrar en nuestra atmósfera, arden por fricción con el aire. La fricción atmosférica es capaz de quemar meteoros de hasta varios kilos, y lo que vemos realmente es esa roca espacial que se quema y se desintegra a medida que pasa por la atmósfera. Y siempre hay meteoros, se calcula que unos 100 millones al día, aunque la mayor parte no son visibles. Salvo que haya lluvia de estrellas fugaces, como es el caso de las perseidas, lo normal es que por la noche no se vean más de 10 a la hora. En las lluvias, en cambio, se puede llegar a una frecuencia de uno por minuto. Pero para eso hay que alejarse de las ciudades, ya que la contaminación lumínica fastidia mucho el visionado y las fotos chulas.
¿Y de dónde vienen estas partículas? Pues esa respuesta es simple: son restos de cometas. En el caso de las perseidas, su origen está en las partículas de polvo del tamaño aproximado de un grano de arena que deja el cometa Swift-Tuttle en su órbita alrededor del sol. El efecto luminoso se produce cuando estos granitos atraviesan la atmósfera terrestre, atraídas por nuestro planeta, y se volatilizan. Lo hacen a unos 210.000 kilómetros por hora. A toda ostia, vamos.
Lo interesante es que el cometa de las perseidas da una vuelta al sol cada 135 años, con última pasada en 1992. Hasta el 2127 no pasa de nuevo, así que siéntate si quieres esperarlo. ¿Por qué tenemos entonces perseidas siempre? Pues porque los cometas se van desintegrando mientras vuelan, y dejan miguitas por donde pasan. Esas miguitas se quedan viajando en esa nada que es el espacio, y cuando la tierra pasa cerca, pues las atrae y tenemos perseidas. Así que no es que las estrellas fugaces vengan hacia la tierra, es que la tierra las atropella, básicamente.
Por si alguna vez te has quedado hasta las tantas viendo estrellas fugaces, ocurre algo curioso: los científicos han comprobado que se ven más a medida que avanza la noche, debido a los efectos de rotación de la tierra. Así que, a menos duermas, más deseos puedes pedir.
Y otra curiosidad más: las estrellas fugaces se utilizan como mecanismo de seguridad en algunas comunicaciones. Como entran en la atmósfera a tanta velocidad, ionizan las partículas atmosféricas, las cuales se pueden usar como un espejo en comunicación radio para garantizar que sólo desde ciertas posiciones se pueda recibir la comunicación.
Un poco de cometas
¿Y qué es un cometa? Pues, así rápidamente, un cometa es un cuerpo que orbita en torno a una estrella, compuesto de roca y hielo. Suelen tener una trayectoria muy elíptica en la que el sol es uno de los centros focales. A nivel más informal se les llama bola de nieves sucias, bolas de polvo heladas, e incluso helado frito. Un postre muy rico, por cierto, el helado frito.
Cuando se acercan al sol, las capas superiores de hielo se derriten y pasan al estado gaseoso de forma inmediata, creando una atmósfera en miniatura que se llama coma o cabellera. Esta cabellera es azotada por el viento solar, lo que provoca pequeños desprendimientos que se ven arrastrados por el cometa, formando lo que se conoce como cola del cometa. Algunos de estos desprendimientos también dejan de viajar con el cometa como tal, y se quedan a la deriva… Hasta que llega la Tierra y les pasa por encima, dando lugar a las lluvias de estrellas.
En abril de 2021 se contabilizaron 4.595 cometas conocidos, aunque se estima que hay más de un billón en el sistema solar. Entre los más famosos, aparte del que provoca las perseidas y que pasa cada 135 años, tenemos el cometa César. Este estuvo 7 días siendo visible en el cielo, y los romanos lo interpretaron como señal del ascenso a Dios del recién asesinado Julio César. Un final de telenovela lo de César, te matan entre tu hijo y tus colegas senadores a puñaladas, sale un cometa que te hace dios, y al final te convierten en una ensalada.
Otro muy famoso es el cometa Halley, que da una vuelta a su órbita cada 76 años. En 1910 se acercó tanto a la Tierra que su cola rozaba con las capas superiores de la atmósfera, describiendo una gran bola de fuego que surcaba los cielos. La próxima aparición está prevista para el año 2061, id haciendo hueco en la agenda.
Merecedor de comentario también es el cometa Tempel 1, un cometa que pasa cada poco menos de 7 años. Pero no te molestes en buscarlo, que se desvió de su trayectoria por pasar muy cerca de Júpiter, y desde entonces no brilla lo suficiente como para apreciarlo a simple vista. Pero lo importante es que a este cometa envió la NASA en 2005 una sonda para que pegase un reventón y formase un cráter, para ver de qué estaba hecho el cometa. Pero por lo que sea el humo de las explosiones en el espacio queda suspendido en la misma posición sin disiparse, y tuvieron que mandar otra sonda en 2011 a medir como de gordo era el agujero. Nada, solo 150 metros de diámetro. Pero oye, les quedó súper claro como era el cometa por dentro.
Meteoritos
¿Y qué pasa cuando el trocito de roca no se deshace y llega a la superficie terrestre? Pues entonces se denomina meteorito. Una distinción muy importante que no te salvará la vida, pero te permitirá corregir a mucha gente por internet.
Meteoritos cayendo contra la tierra famosos, hay muchos. Tenemos el que provocó la extinción de los dinosaurios, el de la película de No Mires Arriba de Netflix, la Piedra Negra situada en la Kaaba de La Meca. La Kaaba, por cierto, es el centro religioso musulmán, la construcción en torno a la que dan vueltas. Pero, igual que con las estrellas fugaces, lo normal es que haya muchos meteoritos que provocan pocos estragos.
Los científicos estiman que, cada año, unos 100 meteoritos impactan contra la tierra. De todos estos, solo 5 o 6 pueden llegar a ser encontrados y estudiados. Y aún menos son capaces de hacer un cráter, como mucho provocan daños en algunas construcciones.
La gran mayoría de los meteoritos, un 86%, están compuestos por silicatos, y algunos pueden contener pequeñas cantidades de materia orgánica. Un 8% son rocas volcánicas, un 5% son metálicos de hierro-níquel, y el 1% que queda son pedro-metálicos. E incluso con el poco metal que alcanza la superficie, existe una katana hecha de estos metales estelares: Tentetsutou, la katana del cielo.
Pero no te dejes engañar, un meteorito grande que acabe con la vida en la tierra no es imposible, solo muy altamente improbable. Por eso mismo la NASA ha mandado recientemente una misión a desviar un asteroide que no iba ni a rozarnos, para ir practicando. Recordamos: asteroide, es meteorito sólo si se estrella. La misión DART consistía en impactar un satélite artificial del tamaño de un frigorífico contra un asteroide de 160 metros de diámetro. El plan es que este hiciese carambola, y chocase contra su compañero de viaje, un asteroide de 780 metros de diámetro. Como el billar, pero usando una pelota de tenis para mover una de baloncesto (guión, ¿esta comparativa no la hemos usado ya? ¿Cómo que nadie se va a dar cuenta?).
Toda esta jugada ha sido grabada en primer plano por un segundo satélite, y ha sido un éxito rotundo. Las imágenes están llegando poco a poco, pero la NASA ha logrado desviar ligeramente al asteroide de su trayectoria. Vamos, que ha cambiado hasta de galaxia de destino.
Cierre
Bueno, y con este programa nosotros nos vamos. Aunque volveremos más rápido que un cometa. Recuerdos a los dinosaurios, que se les complicó el año, y a todos los que nos escucháis!
Nos vemos en el siguiente programa con más historietas del espacio.
¡Astro otra!
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