Episodio Anterior Casiopea
Episodio Siguiente El Vacio Espacial

Descripción

¿Conoces la historia de como el hombre logró conquistar el espacio? ¿De cómo un ingeniero de la Alemania del señor bajito y enfadado sentó las bases del vuelo a reacción? ¿De como todo proviene de la guerra entre las dos potencias del momento, a ver quién tenía el cohete más grande? Y, sobre todo, ¿dónde entra Elon Musk en este estropicio? Dentro episodio

Puedes consultar los guiones en nuestra página web: https://www.astropodcast.net/ Y links para otras plataformas en: https://www.astropodcast.net/enlaces/ Redes del equipo: Guionista: Alfonso Gómez https://www.instagram.com/alfonsotakles/ Locutor: Jairo Costa https://www.instagram.com/soyjairocosta/ Edición y montaje: Jorge Cambero https://www.instagram.com/karakatuchi/

Guión

Intro

Lo evidente hubiera sido que aquí nuestro guionista hubiese puesto un chiste de Jairo entrenando para una carrera. Pero aquí nos gusta sorprender, así que en lugar de eso, una reflexión.

Si un astronauta se lesiona en el espacio… ¿su lesión es de gravedad?

Sin comentarios. Dentro intro.

 Cabecera

Desde que el ser humano tiene memoria, siempre ha mirado al cielo. Estrellas, planetas, constelaciones y demás movidas del inmenso, insondable, oscuro, aterrador, insultantemente largo a lo ancho y ancho a lo largo, caótico por naturaleza y nada acogedor espacio. Pero… ¿conoces el origen de sus historias? Empieza Astro.

De ficción a realidad

Hablar de la carrera espacial no es solamente hablar de la historia de la conquista del espacio, y del triunfo de la humanidad. Ante todo, es una historia de desarrollo militar, y de propaganda entre potencias mundiales. Pero antes de la confrontación, hubo cuentos y novelas. Entra Julio Verne en escena.

Julio Verne, escritor de ciencia ficción en el siglo 19, se caracteriza por querer acercar la magia del avance científico a la gente de su época. Muy entendedor del estado de la ciencia en su momento, predijo mejor que Los Simpsons la invención del submarino, el helicóptero, y sí, los viajes espaciales. En su obra de 1865 “de la Tierra a la Luna”, que comenzó como burla del estadounidense, cuenta los problemas que una asociación de amantes de las armas encuentran al querer mandar una nave a la Luna. Y como buenos americanos, tratan de solventarlos con un cañón enorme que dispara una bala gigante que se clava en la superficie lunar. Pero explica estos problemas y su solución con un gran rigor matemático.

Así pues, Julio Verne plantó en la imaginación la posibilidad de que algún día el ser humano llegase al espacio. Aunque no os vamos a engañar, las primeras contribuciones científicas en el tema no gozaron de demasiada popularidad. Aunque el primer artículo influyente en “cómo hacer llegar cosas mu lejos” se publicó en 1919, hasta 1926 no se publicó el primer diseño de cohete a reacción. Y fue diseñado en secreto por su creador, Rober Goddard, para tratar de escapar de las burlas de los periódicos y público estadounidense de la época.

Serían los alemanes los que se tomaron en serio el tema de lanzar cosas muy lejos. Concretamente, un hombre bajito, con bigote, muy muy enfadado después de no haber entrado en la academia de arte de Viena. Obsesionado con tener gente alta, rubia y con los ojos azules. No queremos que el algoritmo nos castigue por decir su nombre, pero os hacéis una idea de quién hablamos. El de esa organización naci-da en Alemania.

El caso, que en 1942 nacía el primer cohete militar con capacidad de volar. Al año siguiente, nacería el padre de todos los cohetes modernos de mano del científico Verner Von Braun. Este científico alemán, que fue procesado por no creer en la victoria alemana en 1944, se entregó a las fuerzas americanas en 1945. Y cuando los estadounidenses vieron el potencial del científico, se lo llevaron corriendo a sus laboratorios en Boston, le dieron cuatro dólares, y le dijeron tú aquí quietecito haciendo misiles para nosotros.

(Nota de guión: Se escribe Wernher, pero se lee Verner. Así que escribo Verner).

De la segunda a la fría

Aunque Verner Von Braum estaba muy descontento con sus nuevas condiciones de trabajo diseñando misiles para los estadounidenses, ganó tiempo para otros proyectos. Pudo reencontrarse con el verdadero motivo por el que había estado desarrollando cohetes: enviar al ser humano al espacio.   señó una misión que dejaría una estación de trabajo  permanente en la luna, y una que llevaría al ser humano a Marte. Y lo más importante: logró publicar sus ideas mediante una colaboración con Disney, haciendo una película que gozó de 40 millones de espectadores en su estreno en televisión.

Aquí empieza la telenovela: Estados Unidos no era el único país que se había llevado científicos que habían trabajado en los misiles alemanes. La por aquel entonces Unión Soviética se había llevado al resto del equipo. Los mismos motores que podían poner a la humanidad en la luna tenían la capacidad de lanzar una bomba nuclear sobre el otro país, o de poner en órbitas satélites capaces de espiar a la otra gran potencia económica del momento. ¿Y qué mejor manera de infundir miedo a tu oponente, que lanzando cosas al espacio?. Damas y caballeros, abríguense y cojan un chocolate calentito, porque comienza la guerra fría.

Así que ambos países se ponen a diseñar cohetes, y a decir con los dientes apretados que son SOLAMENTE para uso científico. SOLAMENTE para lanzar cosas al espacio. ¿Qué luego caen? Bueno, cosas que pasan. La gravedad, que tiene ese efecto. Pero de verdad que por el momento no caen donde haya gente. Lo tenemos todo calculadísimo para que ESTOS no caigan donde haya gente.

Entre tensiones y alianzas llegamos al año 1957, cuando la Unión Soviética puso en órbita el primer satélite artificial: el Sputnik 1. Esta sonda permitió conocer más detalles sobre la estructura de la atmósfera en las capas más superiores. Pocos meses después, lanzaron el Sputnik 2, que llevó al primer animal al espacio exterior: una perrita. Era rusa y se llamaba Laika, y por desgracia, murió de estrés durante el lanzamiento. Tampoco es que la Unión Soviética tuviera la tecnología para traerla de vuelta sana y salva. Ni mucha intención de ello.

Los logros soviéticos hicieron que Estados Unidos redoblase sus esfuerzos por tener un programa espacial competente. Cómo iban a ser ellos menos que los rusos. Así que en 1958 se creó la administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio. O la NASA. Y vaya que sí se pusieron al día. En 1958 lanzaron no sólo su primer satélite, el Explorer 1, sino que también pusieron el primer satélite de comunicaciones en órbita. El SCORE entró en órbita un 18 de diciembre de 1958, y retransmitió durante 12 días sin interrupción y en bucle el discurso navideño del presidente estadounidense (Aisenjagüer) Eisenhower. Una sacada de lengua a los soviéticos de proporciones astronómicas, vamos.

Los soviéticos respondieron rápido, y en septiembre de 1959, la sonda Luna 2 fue la primera sonda que impactó contra, bueno, la Luna. La respuesta estadounidense estaba en marcha desde el lanzamiento del Sputnik 1: el programa Pioneer. ¿Su objetivo? Lanzar sondas a planetas y satélites cercanos. ¿Su éxito? Poco tirando a bajo. Tras cuatro fallos de lanzamiento, lograron hacer que una sonda… volase en torno a la luna. En total, lanzaron 10 sondas entre 1958 y 1960. Solamente dos de ellas se pueden catalogar como misiones exitosas.

Durante los primeros compases, los soviéticos mantuvieron una cómoda ventaja tecnológica. En 1961 pusieron en órbita al primer hombre en torno a la tierra, Yuri Gagarin. 23 días más tarde, el norteamericano Alan Shepard también saldría de la tierra, pero llegaba tarde. En 1963 Valentina Tereshkhova se convirtió en la primera mujer en el espacio, como ya os hablamos en nuestro capítulo de mujeres en astronomía. Y en 1965, Alexei Leonov sería el primer hombre en realizar un paseo espacial. Aunque casi no es capaz de regresar a la cápsula debido al hinchamiento de su traje.

La supremacía tecnológica soviética se vería truncada con el programa estadounidense Apolo. En un intento a la desesperada de por fin superar a los rusos en algo espacial, se propusieron llevar al hombre a la luna. Y a utilizar esa tecnología con fines militares. Recordemos otra vez que la carrera espacial era marketing de motores que podían ir en misiles. Así, aunque las sondas soviéticas llegaron a la luna primero, fue un 20 de julio de 1969 cuando Neil Armstrong dijo eso de “un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad” al ser el primer hombre en pisar la luna, pasando a la historia como los ganadores de la carrera espacial.

Los soviéticos siguieron ganando realmente. Primeros en mandar un vehículo robotizado a la luna en 1969, primera estación espacial en 1971, primera sonda en fotografiar Marte en 1972… pero ya no era lo mismo. Estados Unidos habría conseguido la foto que quería, pero a la NASA se le había acabado el dinero. La falta de financiación sería una constante durante las siguientes décadas para el organismo norteamericano. Para 1974, Estados Unidos y la Unión Soviética lanzaron en un proyecto conjunto una estación espacial militar compartida, enterrando oficialmente la competición.

Del presente al futuro

Desde entonces,la cosa ha cambiado mucho. En 1981, la NASA presentó su línea de transbordadores reutilizables con Columbia, un hito que “iba a permitir misiones espaciales más baratas” e incluso “la posibilidad de mandar civiles al espacio”. Se llegarían a construir cinco transbordadores: Columbia, Challenger, Discovery, Atlantis, y Endeavour. En 1986, el challenger explotaría a tan sólo 73 segundos después de su lanzamiento, matando de manera instantánea a los 7 tripulantes a bordo. Una tragedia que redujo de manera significativa el despliegue de misiones tripuladas durante las próximas décadas.

En 1975 también nació la Agencia Espacial Europea, una acción coordinada por 22 países europeos para la investigación científica en el espacio. Bajo esta premisa, colaboraron junto con Estados Unidos y Rusia en el lanzamiento de la estación espacial Internacional en 1991, o en el diseño y lanzamiento del telescopio Hubble. También han desarrollado una alternativa al sistema de posicionamiento satélite americano. Si los estadounidenses lanzaron el GPS, Europa han lanzado el Galileo. Lo están lanzando, mejor dicho. Es que se alarga mucho esto de los lanzamientos espaciales. La Agencia Espacial Europea también es la responsable del lanzamiento de la red de satélites meteosat, nuestra red de meteorología de confianza.

Donde ahora mismo está la fiesta es en lo que la NASA ha llamado “tripulaciones comerciales”. O empresas privadas que mandan cohetes a la agencia espacial internacional. Dos nombres destacan: SpaceX y BlueOrigin. O lo que se ha llamado la carrera espacial de los muchimillonarios Elon Musk y Jeff Bezos, con Richard Branson de estrella invitada. Sólo habrá un ganador en esta trepidante carrera por rebajar los costes de la misiones espaciales que permitirá aumentar las misiones científicas. Pero sobre todo, permitirá a las personas ligeramente menos ricas poder decir que son… turistas espaciales. Los astronautas están entrenados.

La fama de SpaceX no se debe solamente a ser el proyecto de Elon Musk para poder colonizar Marte, y encontrar alguien allí que le aguante. Esta empresa empezó sus pruebas de lanzamientos de cohetes en 2006, con tres lanzamientos consecutivos bajo el escrutinio del gobierno que acabaron en fracaso absoluto, llegando casi a provocar la bancarrota de Elon al no funcionar ninguna de sus empresas. Ni Tesla, ni SolarCity, ni SpaceX. Por suerte para ellos, el cuarto lanzamiento fue un éxito, lo cuál los convirtió en proveedores de la NASA. Su verdadero salto a la popularidad fue en 2015, cuando fueron capaces de aterrizar de manera autónoma y así recuperar la fase propulsora de un cohete orbital. Osea, que pueden volver a utilizar la parte del cohete que se encarga del despegue inicial, que es precisamente la más grande. Actualmente, SpaceX tiene más de 3mil satélites orbitando en torno a la tierra para dar internet con un plan privado. Y se está encargando del diseño de su recién explotado Starship, que se pretende sea el cohete más grande y más reusable de la historia. Cuando no explota.

Blue Origin no es tan sonada, en cambio. La compañía, fundada también a principio de los dos mil por Jeff Bezos, ha ido poco a poco aumentando su capacidad técnica. En 2021, lanzó con éxito su primera misión tripulada de su nave reutilizable, especialmente pensada para el turismo espacial. Y, a diferencia de Space X, sólo registraron un único fallo en sus pruebas, durante un vuelo en el que iba el propio Jeff Bezos. Esta tasa de éxitos le ha convertido en un proveedor de sistemas de propulsión a la NASA. E incluso casi diseñan el módulo de aterrizaje de la misión Artemis. Casi, hasta que SpaceX le ganó la licitación. Lo dicho, una telenovela. Que si juicios, que si peleas por Twitter diciendo que no, que lo tuyo no es un cohete, que lo mío sí, que si mi cohete es más grande que el tuyo…

Mención rápida para sir Richard Branson, propietario de Virgin. ¿Qué es Virgin? Un megaconglomerado nacido de una tienda de música. Luego se hicieron de la industria discográfica, y se hicieron de oro publicando los discos de los controvertidos Sex Pistols. Y de ahí se fueron expandiendo a aerolíneas, hoteles, fibra óptica, operadora telefónica, y sí, viajes espaciales. Su objetivo no es tanto conquistar el espacio, más bien ofrecer “la experiencia” de poder viajar por el espacio. Entendiendo como espacio 80 kilómetros sobre la superficie terrestre, definición de la NASA. Por el increíble precio 450mil dólares, tú también puedes sentirte como un ricachón en una lista de espera para que algún día te llamen a volar en lo que la NASA ya define como espacio.

Cierre

Como podéis ver, la conquista del espacio no se puede librar de las intenciones militares y de marketing. Sin embargo, como podcast de astronomía, nosotros no vamos a entrar a valorar estas prácticas.

Donde sí vamos a entrar es… en el final de este episodio. De nuevo, muchas gracias por habernos escuchado otro programa más. Si es que con un buen público, da gusto.

Como decía Buzz…

¡Astro el infinito, y más allá!

Un poco fuera de micro

Como Disney nos demande, echamos a guión a los leones.

Suscribete a nuestra newsletter

¿Quieres conocer las últimas historias y curiosidades del espacio? Recibe en tu email las actualizaciones recientes, nuevos episodios, eventos astronómicos y mucho más.
  • Episodios Exclusivos
  • Novedades del Espacio
  • Curiosidades y Mitología
Conoce todas las novedades del universo. Solo necesitas introducir tu correo electrónico y ¡listo!
Haciendo click en Suscribirse acepto la Política de privacidad y el Aviso legal