Feliz Navidad, feliz Año Nuevo 2023, y felices Reyes, lo primero.

Según la tradición, la estrella de Belén que decora nuestros portales guió a Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente a adorar a un recién nacido Jesucristo.

Pero, ¿de verdad los Reyes eran Magos? ¿La estrella de Belén realmente existió? Todas estas preguntas tendrán alguna respuesta en este episodio 

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Cabecera

Me llena de orgullo y satisfacción, en estas señaladas fechas, presentar nuestro primer programa especial de Navidad.

No temáis, no os queremos quitar de las fiestas, así que esta vez lo haremos cortito. Dentro intro.

Intro

Desde que el ser humano tiene memoria, siempre ha mirado al cielo. Estrellas, planetas, constelaciones y demás movidas del inmenso, insondable, oscuro, aterrador, insultantemente largo a lo ancho y ancho a lo largo, caótico por naturaleza y nada acogedor espacio. Pero… ¿conoces el origen de sus historias? Empieza Astro.

Mitología

Acercaos y escuchad, pues os vamos a contar la historia de la estrella de belén, la que llevó a los reyes magos al nacimiento de Jesús y a adorar al niño, que ha nacido ya.

La tradición cristiana cuenta que los tres reyes magos llegaron de oriente a Jerusalén, buscando al “verdadero rey de los judíos”. Vale, aquí hacemos ya la primera pausa. Magos no se refiere a que tuviesen poderes sobrenaturales, sino que probablemente fuesen astrónomos persas. Y como persas, usaban “maguis” para hablar de su condición. Así que el término evolucionó en nuestro “magos” español.

Entonces, tenemos tres astrónomos que van a ver al rey…  ¿Cómo, que tampoco se dice  que si eran tres? Ah, que el único evangelista que habla de ellos, habla de “un grupo de magos”. Y lo de reyes tampoco aparece por ninguna parte. El título de rey les fue concedido en el siglo III. En el siglo IV, los teólogos Orígenes y Tertuliano hablaron de los tres reyes magos, y en el siglo VIII se nombraron a Melchor, Gaspar y Baltasar.

Bueno, la historia de la estrella de belén. Un grupo no definido de astrónomos, probablemente persas, siguió la trayectoria de una estrella fugaz que se paró encima de una casa en la ciudad de Belén. No, un establo no, Mateo habla de una casa. Así que, los astrónomos entraron en la casa, y regalaron al niño recién nacido oro, incienso y mirra.

Curiosamente, los testigos de Jehová… sí, los que van puerta por puerta preguntando si estás contento con tu religión. El caso es que los testigos dicen que la estrella de Belén era en realidad un símbolo creado por el mismo Satán, señor de los infiernos. Un plan que haría que el rey Herodes fuese informado por unos astrónomos paganos , profesión muy mal vistos por los judíos y los primeros cristianos de entonces. Recordemos que la biblia relata como Herodes mandó matar a todos los niños menores de 2 años con intención de matar a Jesús, hecho del que surge nuestro día de los inocentes. Así que Satán aprovecharía para  matar al hijo de Dios con esta orden de Herodes, una endiablada victoria.

Cómo estamos viendo, el mito de la estrella de Belén y los reyes magos no se deriva realmente de los evangelios bíblicos, sino de la tradición creada en torno a ellos. La tradición cristiana ortodoxa habla no de una estrella como tal, sino de una aureola oscura que em itía un rayo de luz apuntando al niño. Pero hay también cultos cristianos que defienden que la estrella de Belén era una estrella real: los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. O como todo el mundo los llama, mormones.

Ciencia

Viendo las pocas referencias en la tradición, parece que la Estrella de Belén es simplemente un mito. Sin embargo, los científicos dicen que no todo es un cuento de hadas. El final del reinado de Herodes el Grande se data en torno al año 4 antes de Cristo. Teniendo esto en cuenta,los científicos han realizado conjeturas en torno a cómo sería el cielo de aquella época, llegando a varias posibles explicaciones del posible origen de la Estrella de Belén.

La primera explicación, propuesta por el famoso astrónomo Johannes Kepler en 1614, es una conjunción planetaria entre Júpiter y Saturno sobre la constelación de Piscis en el año 7 antes de Cristo.Se dice que dos cuerpos están en conjunción cuando, vistos desde un tercer punto en el espacio, parecen ocupar exactamente el mismo  espacio en el firmamento. Osea, que Júpiter tapaba a Saturno visto desde la Tierra, y ambos estaban en mitad de la constelación de Piscis. Kepler decía que este tipo de fenómeno provocaría una nova de inusual brillo, claramente la estrella de belén.

Otro día explicaremos más tranquilamente quién es Kepler, y porqué tiene un telescopio, pero os vamos a dar el resumen: Kepler descubrió las leyes del movimiento planetario. Fue el primero en decir que las órbitas no son circulares, que son elípticas. Y relacionó matemáticamente la velocidad de traslación de los planetas con la distancia que les separaba del sol.

Cálculos modernos han demostrado que esta superposición de Júpiter y Saturno no era perfecta, así que no sería muy impresionante de ver. Pero, sobre todo, la ciencia moderna nos ha dicho que una nova es el proceso de aparición de una, y abro comillas, “nueva estrella brillante”. Técnicamente es el brillo que se ve cuando una estrella poco brillante, como una enana blanca, se come a una estrella nada brillante, como una gigante roja. La rápida incorporación de materia a la enana blanca es la causante del brillo de la nova, y, claramente, no tiene nada que ver con que dos planetas de nuestro sistema solar se alineen.

Curiosamente, los astrónomos chinos y coreanos de por aquel entonces  anotaron que, el año 5 antes de cristo, ocurrió una nova. O pasó un cometa, que por aquel entonces no tenían telescopio para distinguirlo. Además, describen que el evento fue visible durante 70 días, y se mantuvo fijo en el firmamento, como si se mantuviese flotando encima de las ciudades. Teniendo en cuenta los efectos de rotación del firmamento, este brillo podría describir la ruta seguida por unos posibles astrónomos persas.

Sin embargo, los científicos no desdeñan la posibilidad de la conjunción planetaria. Otra de las explicaciones que se ha barajado es la conjunción de Júpiter con la Luna sobre Aries en el año 6 antes de Cristo. Aries, la constelación zodiacal de la cabra, se asociaba a   c Judea. Y, tal como apunta un astrónomo al servicio del emperador romano Constantino, la conjunción de la luna con Júpiter indicaba el nacimiento de un nuevo rey. Nuevo rey, en Judea… Sin embargo, otros científicos dicen que esta mezcla sólo se daría cerca del sol, que no sería visible, y que requeriría de que los persas predijeran el evento empleando matemáticas. Conocimiento que, por otra parte, sí tenían.

Quizás, la interpretación más correcta es pensar que ninguno de estos tres eventos es la única solución, sino una combinación de los tres a la vez. Y es que es muy probable que los tres reyes magos astrónomos persas realmente fuesen sacerdotes de una religión muy curiosa: el zoroastrismo. Como figuras de esta religión, prestaban una gran importancia a los movimientos del firmamento, obteniendo una gran fama como astrónomos. Por lo tanto, es posible que un grupo de sacerdotes observase todos estos sucesos astronómicos, y comenzasen un peregrinaje guiado por las estrellas, que evolucionó hasta nuestro mito de la estrella de Belén y la adoración de los reyes magos.

Cine y cierre

Si hay algo de lo que podemos estar seguros es de que la estrella de Belén forma ya parte de nuestros mitos navideños, y de la cultura popular. Arthur C. Clarke, renombrado autor de ciencia ficción, y escritor de 2001: Odisea en el espacio, tiene un pequeño cuento en torno a la estrella de Belén, llamado simplemente “La Estrella”. También aparece en las películas del nacimiento de Jesús, tanto tradicionales como de los Monty Python, y en todas nuestras representaciones del Portal de Belén.

Así pues, nosotros nos despedimos sin haber aportado una respuesta clara, pero esperando que al menos os hayamos sorprendido con este navideño programa. Muchísimas gracias a las vacaciones, que siempre son bien recibidas, y a todos nuestros oyentes por seguir dispuestos a escucharnos. Os deseamos una feliz navidad, un próspero año nuevo y unos buenos reyes.

¡Astro el año que viene!

(Como hablando fuera de micro)

Este episodio lo sacamos antes de Nochevieja, ¿verdad?