Episodio Anterior Telescopio Hubble
Episodio Siguiente Agujeros Negros

Descripción

La Vía Láctea. Nuestro hogar en el universo. Una galaxia en forma de espiral barrada, origen de múltiples mitos en culturas antiguas. ¿De dónde viene su nombre? ¿Cómo de grande es? ¿Hacia dónde se dirige? Todas las respuestas a estas preguntas y más, en el nuevo episodio de Astro.

Puedes consultar los guiones en nuestra página web: https://www.astropodcast.net/ Y links para otras plataformas en: https://www.astropodcast.net/enlaces/ Redes del equipo: Guionista: Alfonso Gómez https://www.instagram.com/alfonsotakles/ Locutor: Jairo Costa https://www.instagram.com/soyjairocosta/ Edición y montaje: Jorge Cambero https://www.instagram.com/karakatuchi/

Guión

 Cabecera

-Venga Karaka, a que este no te lo sabes.

+No sé el qué

-¿Que es un montón de vacas en una carretera?

+Verás la tontería

-UNA VÍA LÁCTEA

+*Suspiro* No sé que es peor, si que guión haya escrito eso, o que nosotros accedamos a grabarlo. Anda, dentro intro.

Intro

Desde que el ser humano tiene memoria, siempre ha mirado al cielo. Estrellas, planetas, constelaciones y demás movidas del inmenso, insondable, oscuro, aterrador, insultantemente largo a lo ancho y ancho a lo largo, caótico por naturaleza y nada acogedor espacio. Pero… ¿conoces el origen de sus historias? Empieza Astro.

Mitología

La primera pregunta que cabe hacerse cuando uno menciona la Vía Láctea es ¿de dónde viene lo de Vía Láctea? Sí, a ver, tiene un color blanquecino, pero de ahí a que sea leche… Pues como tantas otras cosas en nuestra cultura astronómica, este nombre tiene su origen en nuestros amigos griegos. Y es que “gala” en griego significa leche, por lo que “galaxÍas” se traduce literalmente como lechoso o de leche.  

La explicación para este curioso nombre, de nuevo, se encuentra en la mitología clásica. Concretamente, en la historia Hércules, Heracles para nuestros amigos griegos. Al contrario de lo que dice Disney, Heracles es uno de los muchos hijos que Zeus tuvo a espaldas de su esposa y hermana Hera. Pero claro, como la madre de la criatura era humana, Heracles era  mortal. Así que, o bien Hermes o bien Atenea, depende de a qué poeta le preguntes, engañan a Hera para que amamante a Heracles y le vuelva inmortal. Pero Heracles aprieta muy fuerte, Hera se da cuenta del engaño, y lo desteta a la fuerza. La leche se derrama y se queda en el cielo, creando la principal galaxia que veían los griegos a simple vista, el “círculo lechoso”.

Hubo un griego que dijo que eso de leche más bien no, que probablemente fueran muchas estrellas muy juntas. No, no fue Aristarco, ese es el del sol. Este fue Demócrito, que también inventó el concepto del átomo. Como suele ser costumbre con los griegos antiguos, tampoco le hicieron caso. Tocaría esperar 2000 años a que Galileo Galilei cogiese su telescopio, y dijera pues sí, son estrellas.

 Así que los romanos tradujeron “círculo lechoso” por “via lactea” en latín. Y como lo de poner nombres chulos en astronomía se da regular, se quedó como vía láctea. Es una clástima, porque muchísimas culturas antiguas tienen mitos y nombres para la vía láctea. Para los celtas de Gales, por ejemplo, la vía láctea era la “fortaleza de Gwydion”, un héroe tradicional galés poseedor de grandes poderes mágicos y una gran inteligencia.

Para los antiguos babilónicos, la vía láctea era la cola cortada de la gran dragona Tiamat, la diosa primigenia de los mares y el caos. De la mitología babilónica no sabemos mucho, lo que tiene escribir en barro, pero Tiamat y Apsu, el dios del agua dulce, dieron forma al cielo y la tierra…. Y aquí… comienza el drama: Apsu quería matar al resto de los dioses porque hacían mucho ruido y así no hay quien se concentre. Así que el resto de los dioses, para defenderse, matan a Apsu. Tiamat, obviamente molesta por el asunto, entra en guerra con  todo dios. Pero le dan matarile, con sus costillas crean un cofre para que el cielo y la tierra no se escapen, y cuelgan su cola a modo de trofeo. Así dicho, tampoco parece un mejor nombre, la verdad.

Siendo sinceros, realmente los romanos acertaron con la parte de vía. Muchas culturas veían la vía láctea como un camino divino. Para los vikingos, marcaba el camino al Valhalla, el lugar de descanso y fiesta eterna en el palacio del gran Odín. Los húngaros, en cambio, era “el camino del guerrero”, y las estrellas eran las chispas de las herraduras del caballo de Csaba, el hijo de Atila el Huno. Y según las creencias del africano pueblo de Koishan, la Vía Láctea era el resultado de una niña que lanzó unos carbones a un cielo negro sin estrellas para poder encontrar un camino que le permitiese conocer nuevos amigos.

Aunque muy populares también son las interpretaciones de que la Vía Láctea es un río. Los hindúes literalmente la llaman “río Ganges en el cielo”, y los aborígenes australianos kaurna dicen que las estrellas son los fuegos de los que viven en torno al río que es esta galaxia. Otras tribus australianas dicen que las estrellas son termitas, zorros fantasmales, o el cuello de una avestruz gigante, hay poco consenso.

El último mito que vamos a cubrir hoy que también trata la Vía Láctea como un río es también el más romanticón de todos. Y de verdad que con esto ya nos vamos a ciencia, palabrita de guión. Nos vamos a Japón, a la festividad en agosto de Tanabata. Cuenta la tradición que Orihime, la hija del Rey celestial, tejía los más bellos tapices para su padre, pero estaba triste porque no tenía tiempo para encontrar el amor. Así que su padre, preocupado, concierta para su hija una entrevista con un pastor bastante majete que vivía al otro lado del río barra Vía Láctea, Hikoboshi.

Así que se conocen pastor y princesa, y se enamoran perdidamente. Hasta tal punto que ambos descuidan sus tareas: las ovejas se escapan, y se acabaron los tapices. El Rey Celestial se enfada, y los manda cada uno a un lado del río. Pero Orihime llora tanto por su amado, que a su padre se le enternece el corazón y les permite verse… una vez al año, no vaya a ser que descuiden sus tareas. Un verdadero ejemplo de empatía lo de Su Majestad. Así que llega el día, llegan al río… y no hay puente para cruzarlo. Lágrimas de Orihime al rescate, una bandada de grullas conmovidas se comprometen a hacerles un puente, cruzando la vía láctea. Si quien no llora…

Ciencia e historia

Bueno, basta ya de mitología. Vamos a por ese poquito de ciencia.

La Vía Láctea es la galaxia en la que nos encontramos, una galaxia en espiral barrada. Lo de barrada significa que tiene una barra en el centro de estrellas, y de los extremos de la barra es de donde salen los brazos de la espiral. En conjunto, nuestra galaxia pesa en torno a 10 elevado a 12 soles. Eso es un 1 seguido de doce ceros, lo que para nosotros sería un cvbillón de soles. Para que nos hagamos una idea de cuánto es eso, en todo el mundo hay casi 8 billones de personas.

Aunque la mayor parte de esta masa, en torno al 90%, se debe a bastante materia oscura. Los aproximadamente 400mil millones de planetas y estrellas de la Vía Láctea representan en torno a un 2% de la masa, y el resto es gas. Ni siquiera Sagitario A, el agujero negro supermasivo que está en el centro de la Vía Láctea, representa más de un 0.1%, y mira que pesa en torno a 4 millones de soles.

Lo que no está tan claro es el tamaño. Dependiendo del científico y de hasta donde ponga el límite, la vía láctea tiene entre 90mil y 1.5millones de años luz de diámetro. Ahora explicamos esta discrepancia, pero es por cómo se divide la vía láctea. La esfera que encierra al disco de la Vía Láctea, como si fuese una pelota saltarina, se llama halo. Tiene algunos cúmulos de estrellas, pero sobre todo es materia oscura. Si consideramos este halo, obtenemos un diámetro de 1.5millones de años luz. Los científicos teorizan que el halo era el tamaño que originalmente tenía la galaxia hasta que se aplanó por efecto de la gravedad.

En cambio, si consideramos que la Vía Láctea es hasta la espiral donde se concentran las estrellas, la historia cambia completamente. Esta capa, llamada disco, es la que tiene este diámetro de en torno a 90mil años luz, y además posee un grosor estimado de 4mil años luz. En el disco se distinguen cuatro brazos, dos principales llamados Escudo-Centauro y Perseo, y dos secundarios: Sagitario y Norma. Nuestro sistema solar se encuentra a unos 27mil años luz del centro, en lo que hemos llamado brazo de Orión, un pequeño brazo que está flotando entre Perseo y Sagitario. Si el sol fuese del tamaño de una pulga, el centro de la Vía Láctea estaría de punta a punta de Estados Unidos.

Y en el centro más céntrico de la galaxia tenemos el bulbo. Este bulbo se corresponde con la barra de la espiral barrada, y es un tema de discusión candente, porque los científicos no pueden examinarlo. Debido a la gran cantidad de estrellas que hay desde la tierra hasta esta zona, no se ve nada en las fotos. Así que los científicos no tienen claro si la galaxia tiene una única barra, si hay dos, si es un único bulbo o más bien es un cacahuete…

Pasado y Futuro

¿Y cómo de vieja es la Vía Láctea? Pues de nuevo, depende de quien cuente y desde cuando cuente. Si cuentas desde que tomó la forma de espiral barrada, los científicos estiman unos 9mil millones de años. Pero se han encontrado estrellas dentro de la galaxia de 13mil 500 millones de años, formadas directamente a partir del Big Bang, y siendo tan viejas como el propio universo.

Como ya hemos dicho, originalmente la Vía Láctea ocupaba un volumen esférico que se  aplanó en disco giratorio por efecto de la gravedad. Por lo tanto, la galaxia comenzó a formarse poco después del Big Bang, juntando estrellas y gas emitido en esa primera explosión, y desde ahí comenzó su crecimiento.

Y es que la Vía Láctea ha crecido y crece, gracias a que ha ido absorbiendo otras galaxias más chiquitas. Ahora mismo está comiéndose a la galaxia Enana Elíptica de Sagitario, y a las nubes de Magallanes. Hay que tener mentalidad de tiburón en el mundo galáctico.

Y ahora que ya sabemos de dónde viene la Vía Láctea… ¿adónde va? Bueno, pues como todas las cosas en el espacio, la Vía Láctea se mueve con dos movimientos. Uno de rotación, por el que tarda unos 300millones de años en dar una vuelta sobre sí misma. Parece mucho, pero pensad que es muy grande. Nuestro sistema solar está tomando la curva a 230 kilómetros ¡por segundo!

¿El segundo movimiento? Traslación.  La Vía Láctea se desplaza a 600kilómetros por segundo, más o menos. En cuanto a su rumbo, los científicos lo tienen bastante claro. Va directa a por Andrómeda, la otra gran galaxia que nos pilla cerca. (Un poco de voz de comentarista de pelea) Solo puede quedar una después de este choque galáctico: la formada por la unión de Andrómeda y la Vía Láctea… Lactómeda 

Empiezo a pensar que los astrónomos se pueden juntar con los de Don Benito y  Villanueva de la Serena, a ver quién son peores haciendo nombres de fusiones

La fecha para esta velada astronómica: dentro de 5860 millones de años. Aunque primero se acercarán, y estarán unos 2mil millones de años examinándose, quizás haciendo algo de trash talking en este boxeo intergaláctico…

Cierre

Aunque quede mucho para la fusión, a este programa… ya no le queda nada! Recuerdos a la gente de Villanueva de Benito, nombre no oficial. De parte del equipo, muchísimas gracias por elegir escucharnos una vez más.

Volvemos en dos semanas con más información del espacio.

¡Astro otra!

Suscribete a nuestra newsletter

¿Quieres conocer las últimas historias y curiosidades del espacio? Recibe en tu email las actualizaciones recientes, nuevos episodios, eventos astronómicos y mucho más.
  • Episodios Exclusivos
  • Novedades del Espacio
  • Curiosidades y Mitología
Conoce todas las novedades del universo. Solo necesitas introducir tu correo electrónico y ¡listo!
Haciendo click en Suscribirse acepto la Política de privacidad y el Aviso legal