Descripción
Guión
Intro
-Jairo: ¡¡Seguidnos!! ¡¡SEGUIDNOS!! Jajajajaja ¡¡SEGUIDNOS!!
- Alfonso: ¡Jairo! Baja del campanario, puñetas.
- Karaka: Alfonso... ¿Me puedes explicar qué hace Jairo en ese campanario?
- Alfonso: Le he dicho que aparte de suscribirte, le puedes dar al botón de la campana en Spotify, Youtube y demás para que les notifiquen de los nuevos capítulos y se ha ido corriendo porque decía que tenía una idea buenísima
- Jairo: ¡¡SEGUIDNOS!! ¡¡SEGUIDNOS!! ¡¡Y DADLE A LA CAMPANA!! JAJAJAJAJA
- Karaka: ¿Pero es que no hay uno normal en el equipo? ¡Ni uno!
**Suena notificación**
- Alfonso: Anda... Si nos ha seguido uno... ¡Jairo, dale más fuerte que funciona!
- Jairo: SEGUIDNOS!! QUE ES GRATIS!!
- Karaka: En fin... Es que paso. P-A-S-O.
Cabecera
Desde que el ser humano tiene memoria, siempre ha mirado al cielo. Estrellas, planetas, constelaciones y demás movidas del inmenso, insondable, oscuro, aterrador, insultantemente largo a lo ancho y ancho a lo largo, caótico por naturaleza y nada acogedor espacio. Pero… ¿conoces el origen de sus historias? Empieza Astro.
Historia
Hoy vamos a hablar del cuarto planeta más grande de nuestro Sistema Solar, uno de esos fascinantes gigantes helados, descubierto hace apenas un par de siglos. Y, por supuesto, otro ejemplo de la increíble creatividad que tienen los astrónomos a la hora de poner nombres… Hoy, hablamos de Urano.
Las primeras observaciones de Urano se remontan a 1690, de la mano del astrónomo británico John Flamsteed. Pero, claro, John pensaba que era una estrella porque apenas tenía luminosidad y su movimiento en el cielo era extremadamente lento comparado con el resto de planetas conocidos. Por eso, decidió llamarla “34 Tauri”i. Luego, más astrónomos, tanto británicos como franceses, también echaron un vistazo al misterioso cuerpo celeste, pero todos cometieron el mismo error: pensaban que era una estrella rarísima, la estrella más rara que habían visto nunca.
Habría que esperar casi un siglo para que alguien se atreviera a pensar que, quizás, esa estrella tan rara no era una estrella. Así fue como, en 1791, Sir William Herschel, observaría desde el jardín trasero de su casa un extraño cometa. Como él mismo decía en su carta su colega Nevil Maskelyne:
“He hecho un descubrimiento de proporciones extraordinarias. Observé una cosa extraña en el cielo, cerca de la estrella ζ Tauri. Al principio, pensé que era un cometa, pero... ¡Oh, sorpresa! No tiene cola. ¡Ni una pizca de ella! Sin embargo, se mueve, lo que solo puede significar que, ¡obviamente, es un cometa! Aunque... quizás algo más grandioso... pero no quiero sonar pretencioso.”
Nevil, quinto Astrónomo Real y director del observatorio de Greenwich le contestó :
“Es fascinante, desde luego, pero... ¿un cometa sin cola? ¡Qué desconcierto! Podría, claro, tratarse de un planeta, pero no quiero ser precipitado. A decir verdad, estoy en un estado de perplejidad pocas veces visto en mi persona. Te sugiero que sigas observando, no sea que tu cometa se convierta en algo... inesperado.”
Entre tanto desconcierto, el resto de astrónomos no se quedaron de brazos cruzados. El astrónomo ruso Anders Johan Lexell observó que su distancia era 18 veces la distancia entre el Sol y la Tierra y que claro, esa órbita alrededor del Sol para un cometa era demasiado grande. Algo no le cuadraba. En Berlín, Johann Elert Bode concluía:
“¿Pero qué estamos tontos? Un cometa sin cola, y que encima es similar a la de otros cuerpos del Sistema a los que llamamos planetas… Señores, ¡blanco y en botella!”
Dos años más tarde, en 1783, Herschel se daría cuenta de que cometa, lo que se dice cometa… pues no era. Que era un planeta, vamos. Herschel había descubierto el 7 planeta del sistema solar. Y así lo hizo saber en una carta a la Royal Society.
“Según la observación de los astrónomos más eminentes de Europa parece que la nueva estrella, que YO tuve el honor de señalarles el marzo de 1781, es un planeta primario de nuestro sistema solar”
Maskelyne diciéndole un “sí, sí, todo tuyo” le endosó una de las tareas más complicadas de la astronomía.
“Pues ale majo, ponle nombre”
Herschel, en un alarde de patriotismo, decidió llamarla Georgium Sidus. O la estrella de Jorge, en honor a Jorge tercero, su majestad del gran imperio británico. Porque eso de ponerle nombres de dioses griegos a los planetas estaba desfasado, y olía a rancio. Bueno, patriotismo y que Jorge III le dio una renta anual de doscientas libras (unas 45.000 libras actuales). Por el interés te nombro Andres… Digo… Jorge.
Pero fuera del gran imperio británico, el nombre de Georgium Sidus... como que no convencía mucho. Un astrónomo francés propuso llamarlo Herschel, en honor a su descubridor. Un sueco, por su parte, sugirió que Neptuno le pegaba más, así rendían homenaje a la Royal Navy británica y su papel en la guerra de independencia estadounidense. Pero al final, fue el astrónomo alemán Johann Bode quien tuvo la idea ganadora:
“A ver, que le dais muchas vueltas a esto... Si Júpiter es el padre de Marte, y Saturno el padre de Júpiter... llamémosle Urano y que sea el padre de todos. ¡Y arreglado!"
Y así fue. El planeta se llamó Urano. Aunque, hasta 1850, es decir, 65 años más tarde, algunos almanaques seguían insistiendo en escribir Georgium Sidus.
Mitología
Después de tanto jaleo con el planeta “guión” cometa, es hora de hablar de mitología. Hablemos de quién era Urano.
Ya os hemos hecho un poco de spoiler: Urano era el padre de Saturno, o de Cronos si prefieres la versión griega. El tema es que Urano pertenece a esa parte de la mitología griega preolímpica, es decir, a los dioses que no solían tener grandes templos ni hacían apariciones estelares en la película de Hércules. Así que, como puedes imaginar, las referencias a Urano son escasas y dispersas.
Algunas cosas están claras. Urano era la personificación del cielo, e hijo de Gaia, la Madre Tierra personificada. Pero además de su hijo, también era su marido (lo típico en la mitología, no preguntéis). Ambos fueron los padres de los titanes y los cíclopes. Cuenta la leyenda que Urano se avergonzaba tanto de sus hijos que decidió encerrarlos en un recóndito lugar en las profundidades de la Tierra para no verlos nunca más. Y claro, como Gaia era literalmente la Tierra, algunos autores dicen que Urano obligó a Gaia a desdar a luz y a retener a todos sus 18 hijos en su vientre.
Gaia, obviamente dolida, urdió un plan. Creó una hoz de pedernal y convenció a uno de sus hijos para que derrocase al malvado Urano. Sólo Cronos, el más jóven, se animó a hacerle frente a su padre. Armado con la hoz, lo emboscó y le cortó los genitales. De la sangre que cayó sobre la tierra nacieron las furias, las ninfas y los gigantes. Y, según el poeta Hesíodo, lanzó los genitales al mar, y de la espumita de los genitales nació Afrodita. Ahora bien, lo de Afrodita es un lío tremendo y hay mil versiones, así que dejemos ese tema para otro día y sigamos con Urano.
Urano, claramente molesto por cómo habían acabado las cosas, lanzó una maldición: todos los titanes recibirían su merecido y serían derrotados por sus propios hijos. Así pues, profetizó la caída de Cronos a manos de su hijo Zeus. Después de este dramático giro de los acontecimientos, Urano tomó una decisión bastante lógica: un divorcio más que anunciado, porque ni él ni Gaia querían volver a tocarse ni con un palo. Y por esa razón, y según la mitología, el cielo y la tierra ya no se tocan.
Y ya está, esta es toda la mitología que hay acerca de Urano. Los griegos no volvieron a darle más importancia ni al cielo ni a Urano. Para ellos, eran relatos para explicar cómo se formó el mundo, no dioses a los que rendir culto.
Ciencia
Hablemos ahora de Urano como planeta. Séptimo del Sistema Solar y el primero de los llamados gigantes helados. El nombre no viene por su amor al maxibon de nata, sino porque su atmósfera alcanza una temperatura media de unos fríos -224 grados. También es el tercer planeta más grande del sistema solar, justo detrás de Júpiter y Saturno. Con un diámetro de 25.362 kilómetros permitiría poner 4 planetas tierra en línea recta en su interior.
Urano, como gigante de hielo, realmente no tiene una superficie definida. Le ocurre algo muy similar a lo que pasa con Júpiter y Saturno: su atmósfera se funde gradualmente con el interior del planeta, sin una frontera clara. Su superficie está compuesta por el hidrógeno y helio de la atmósfera a medio congelar debido a las bajas temperaturas. Pero esta capa no está flotando en el vacío, sino que se asienta sobre una especie de manto de "hielo" fluido compuesto por de agua, amoníaco y metano. De hecho, el manto helado de Urano es un fluido caliente y denso formado por agua, amoníaco y otros compuestos volátiles que, a esas presiones y temperaturas se comportan de forma muy distinta a como lo harían en la Tierra.
De la misma forma que otros planetas gigantes, Urano también presume de un sistema de anillos. Pero, a diferencia de los de Saturno, estos reflejan poca luz, siendo difícilmente visibles. Además, Urano orienta sus anillos de forma casi perpendicular a la Tierra, dándole un poco aspecto de diana cósmica.
Este “efecto diana” se debe a la inclinación de su eje de rotación, que es de 90º. O, lo que es lo mismo, el eje de rotación del planeta es horizontal. Como consecuencia, Urano parece que rueda sobre su órbita, como una pelota dando vueltas alrededor del Sol.
A día de hoy, todavía no se tiene completamente claro por qué Urano se pasa la vida en posición horizontal. Y aunque sabemos que no es por flojera, los científicos creen que en algún momento de su historia, sufrió una colisión brutal con un protoplaneta del tamaño de la Tierra. Este violento choque provocó que Urano girase para siempre en posición horizontal.
Por este extraño eje de rotación, los científicos no se terminan de poner de acuerdo qué polo es el sur y cuál el norte. Por lo general, se considera que el polo norte es el que está por encima del plano de órbita, y el sur por debajo. Aplicando esta definición, cuando la sonda Voyager 2 pasó por delante de Urano, vió el polo sur del planeta. Sin embargo, también se puede considerar que el polo norte es el que define el giro antihorario del planeta. Y oh casualidad, eso hace que entonces la Voyager 2 viese el polo norte. Si ya lo decía Einstein, que al final todo movimiento es relativo.
La rotación del eje también hace que las estaciones en Urano sean de lo más extremas. El verano en Urano son 21 años de sol permanente en uno de los hemisferios, mientras que el invierno son 21 años de oscuridad sin fin. Los 21 años de primavera y los 21 años de otoño permiten días de 18 horas en las zonas más ecuatoriales. Las zonas polares, en cambio, reciben 42 años de sol alternados con 42 años de sombra ininterrumpidos.
No queremos cerrar la parte científica sin hablaros de las lunas de Urano. Como buen planeta gigante, Urano tiene muchas lunas, 27 identificadas hasta el momento. Las cinco más grandes se llaman Miranda, Ariel, Umbriel, Titania y Oberón. A diferencia de muchas otras lunas del Sistema Solar que basan sus nombres en seres mitológicos, el origen de estos nombres se debe a las obras de Shakespeare y Alexander Pope, dos autores que estaban muy de moda cuando se descubrieron los satélites.
Las lunas de Urano son las más ligeras de todo el sistema solar. Están formados por conglomerados de roca helada, compuestos en un cincuenta por ciento de hielo y en un cincuenta por ciento de roca. Entre todas, Ariel destaca como el satélite más jóven del grupo, con una renovada actividad geológica reciente. Mientras que Umbriel es el más anciano con una superficie oscura y llena de cráteres, señal de que lleva mucho más tiempo sin cambios.
Cierre
Con esto, hemos llegado al final del capítulo de Urano. Pero antes de comenzar con los agradecimientos, queremos hacer un pequeño anuncio.
Jairo: Hemos abierto un pequeño sistema de crowdfunding por si queréis echarnos una mano con el proyecto y los gastos asociados, que no son muchos
KARAKA: ¿Qué no son muchos? ¡¿Qué no son muchos?! ¿Y la web? ¿Y las tazas? ¿Las sudaderas? ¿El equipo de edición? ¿Los micrófonos y la mesa de mezcla?
Jairo: Bueno, pero lo asumimos con gusto…
Karaka: **mientras se aleja** Y el gasto en márketing, y el mantenimiento de los servidores y las tasas de autónomos…
Jairo: En fin, que si queréis aportar tenemos un Kofi abierto que encontraréis en la descripción de este capítulo. Para vosotros puede suponer poco pero para nosotros es un apoyo enorme.
Anunciar también que este episodio marca que llevamos dos años haciendo este proyecto, para sorpresa de todos los participantes. Y dicho esto, muchas gracias a todos los que nos oís, y compartís el podcast con amigos y familiares. Muchas gracias a los que nos ponéis comentarios, y os reís con nuestros chistes malos.
Nos vemos en el próximo episodio con más historietas del espacio.
Astro la próxima!
Ea, y sin un solo chiste de culos. Jejejeje, Your anus has been descovered jejejeje le han descubierto el culo